Ansiedad por encierro durante la pandemia

Por: María Teresa Cázares Canales

¿Has sufrido de ansiedad por encierro?

“He escuchado que cuando golpea una gran ola, a menudo hay gente observando en la orilla. Ven venir el desastre, ven el horizonte desaparecer, pero no ven realmente hasta que es demasiado tarde. Hay una clase que tomamos en la residencia (medica) que está destinada a prepararnos para tales sorpresas. Se llama Ética del desastre, donde los futuros cirujanos imaginan lo que harían cuando ocurra lo inimaginable. Pero es imperfecta. Porque, aunque es bueno planear para lo peor… no puedes saber realmente como lo vas a manejar hasta que te encuentras en medio de ello, bajo la ola, tratando de no ahogarte”. Anatomía de Grey.

La mayoría de las personas piensan que la ansiedad es un trastorno psicológico, en realidad, según especialistas del Hospital Universitario de Barcelona, esta es una emoción que todos hemos experimentado en algún momento, y ayuda a nuestro organismo a prepararnos para alguna situación importante ya que produce una reacción psicofisiológica de activación intensa del sistema nervioso central y de todo el organismo. Normalmente aparece en una situación que demanda un esfuerzo intenso o sostenido y nos sirve para hacer frente a una amenaza o peligro. Durante la pandemia Covid-19 se presentaron muchos casos de ansiedad por encierro y Sílvia Yaneth Bazaldúa Arévalo, psicóloga clínica, psicoterapeuta y coordinadora general de Consciencia activa, nos habla sobre el tema.

Sílvia Bazaldúa dice que es de suma importancia hacer una distinción entre la ansiedad normal, como se mencionó antes (una respuesta apropiada ante una situación de peligro) y la ansiedad patológica (respuesta inapropiada o exagerada para una situación). La ansiedad por encierro durante la pandemia, en muchos casos se presentó como una respuesta oportuna debido a la situación, sin embargo, en muchos otros desató un trastorno psicológico.

Con una sonrisa de oreja a oreja explica con seguridad que el estrés y la ansiedad no son lo mismo, algunas personas los confunden porque en ambos casos se produce una reacción caracterizada por alta activación fisiológica, sin embargo, el estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio y en cambio la ansiedad es una reacción emocional de alerta ante una amenaza, por lo tanto muchas veces, siempre y cuando no sea extrema, sirve para darnos cuenta de la incomodidad, el sufrimiento, lo que debemos cambiar, poner límites, etc. y esto podría representar un contexto de utilidad.

La psicóloga con maestría en Educación y diplomados en psicoanálisis infantil y adolescente, considera la ansiedad que la mayoría de nosotros tuvimos por encierro durante la pandemia fue en base a la incertidumbre, de no tener certeza de la duración, y/o el proceder de esta y que afectó más a las personas que ya contaban con alguna situación emocional, diagnóstico o vulnerabilidad.

En una llamada de zoom con un fondo blanco y cuadros pintorescos que adornan la pared, Sílvia afirma que “La ansiedad durante la pandemia tuvo aumentó significativo, haciéndose más evidente, siendo ocasionado por la incertidumbre general que aún tenemos, por la adaptación emocional y rutinaria a otro estilo de vida”.

La psicóloga con diplomado en lenguaje no verbal expresa que el encierro evidenció las faltas emocionales, y se intensificó lo que ya existía en casos personales o familiares, algunos como el estrés, violencia, situaciones económicas complejas, pero principalmente la falta de contacto y vínculos sociales y emocionales. Añadió que “Durante la pandemia se manifestó preocupación o ansiedad persistentes por determinados asuntos que son desproporcionados en relación con el impacto de los acontecimientos, como pensar demasiado los planes y las soluciones a todos los peores resultados posibles, percibir situaciones y acontecimientos como amenazantes, incluso cuando no lo son, la dificultad para lidiar con situaciones de incertidumbre; el temperamento indeciso y miedo a tomar la decisión equivocada, la incapacidad para dejar de lado u olvidar una preocupación e incapacidad para relajarse; sensación de nerviosismo y sensación de excitación o de estar al límite y también la dificultad para concentrarse, o sensación de que la mente se pone en blanco”.

Sílvia casi concluyendo nos advierte que la ansiedad puede desarrollar otro trastorno o problema de salud como lo son la ansiedad crónica, surgimiento de alguna compulsión, estrés post traumático, depresiones e incluso orillarte al suicidio en algunos casos extremos. Reanimando el tema añade al comentario anterior que “Muchas personas piensan que la ansiedad no se cura, sin embargo, esto es posible, pero no es sencillo, se requiere tratamiento terapéutico y existen diferentes desde diversas teorías de la psicología, al mismo tiempo que el paciente requiere una red de apoyo para lograrlo”:

Para saber si estamos sufriendo de ansiedad por encierro o cualquier tipo de ansiedad, Bazaldúa nos dice que “Algunos síntomas claves son el nerviosismo, pánico, pensamiento recurrente e intrusivo dando lugar al pánico o miedo, problemas para la concentración o para dormir, conductas de necesidad de sobre información, conductas compulsivas de higiene, cambios de humor o irritabilidad emocional”. Sugiere que “Es muy importante detectar estos a tiempo y tratarlos, ya que, si no nos damos cuenta a tiempo o lo dejamos pasar, la ansiedad se puede volver crónica, y esto genera sufrimiento y pérdida de nuestro bienestar, incluso puede llegar a una enfermedad o aparición de síntomas físicos”.

Como Scott Stossel dijo “Ocultar o reprimir la ansiedad produce, de hecho, más ansiedad”

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