Cálculos biliares ¿Por qué aparecen y cómo se manejan?

Por: Arizbeth Garza Cavazos

Los malestares en materia de salud siempre han provocado miedo, estrés e incluso ansiedad, tal es el caso de los malestares relacionados a los cálculos biliares o comúnmente llamados “piedras en la vesícula”. Según los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health) de los Estados Unidos estos son depósitos solidos de fluido digestivo formados dentro de la vesícula biliar de los cuales existen dos tipos, el primero siendo cálculos compuestos de colesterol y el segundo cálculos compuestos por bilirrubina. Para hablarnos más sobre este tema tenemos a Gustavo Raymundo Vázquez Peña, doctor egresado de la Universidad Autónoma de Nuevo León de la Licenciatura Médico Cirujano y Partero con Especialidad en Nefrología.   

Vázquez menciona que los cálculos biliares tienden a presentarse a los treinta o cuarenta años de edad siendo los factores más comunes el ser del sexo femenino, haber tenido uno o varios embarazos y/o padecer de obesidad. Aademás de que tiende a verse en personas con problemas en el metabolismo relacionado con el colesterol, además de la posibilidad de que este sea hereditario por parte de un progenitor.

En un cuarto blanco y pulcro con cuadros elegantes colgados en la pared, Gustavo explica que, en materia de dolor, comúnmente se presentan manifestaciones del cólico vesicular en el hipocondrio derecho (parte superior derecha del abdomen) justo debajo de las costillas, asociada con la ingesta de alimentos grasos, ya que, al momento de contraerse la vesícula y eliminar la bilis dirigiéndola hacia el tubo digestivo favorece la contracción ocasionando un dolor intenso del tipo de musculo liso al ser una estructura hueca de forma continua, además de generar una entidad llamada “colecistitis” la cual es la inflamación de la vesícula.

Raymundo Vázquez continúa explicando que al salir estas piedras de la vesícula se puede generar un cuadro obstructivo de la vía orinaría impactando el colédoco (conducto biliar que conduce la bilis al intestino delgado) además de que se puede crear un cuadro de ictericia (coloración amarilla en la piel, membranas mucosas u ojos) y elevación de bilirrubinas (pigmentos amarillentos generados durante la descomposición de glóbulos rojos) pero que existen veces en las cuales pueden ser asintomáticas y no presentar dolor alguno.

Con los brazos firmemente cruzados y una mirada dura expresa que los cálculos son manejados con analgésicos inyectables para víscera hueca, también que se coloca una vena permeable (vía intravenosa sin obstrucciones), se deja en ayuno a la persona y se sigue un plan de hidratación para evitar un proceso quirúrgico, si se logra disminuir el cuadro de dolor se procede a hacer una evaluación del mismo con una sospecha alta de un problema vesicular y se toma un ultrasonido con la finalidad de identificar las piedras en la vesícula, añade que para esto se trabaja con analgésicos especiales como la Butilhioscina, comúnmente conocido como Espacil o Buscapina, además de manejar una evaluación en torno al nivel de colesterol, triglicéridos, fosfolípidos y ácidos grasos totales, pero que si el dolor se repite o no cesa se realiza una urgencia quirúrgica y se procede a una colecistectomía (extirpación la vesícula biliar). 

Vázquez, con un tono de voz contrastando con su media sonrisa burlona, menciona que las personas tienden a no querer hacerse la evaluación completa, es decir, ver cómo están las bilirrubinas, como están las pruebas de función hepática, el tiempo de protrombina y niveles de colesterol, la persona sigue con la ingesta continua de alimentos grasos en lugar de disminuirla y huyen de la situación, sobre todo si son asintomáticos al dolor vesicular ya que “Si no se siente no existe”.

Este tema es sin dudas interesante debido a la gran cantidad de información que se puede obtener acerca del que es al igual que del proceso para manejar esta enfermedad, también se debe saber diferenciar los síntomas para así acudir con los expertos para que no termine siendo un caso extremo, además de tener conocimiento de que se puede ser asintomática y saber que estudios se podrían llegar a realizar para confirmar o desmentir esto.

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