Una nueva oportunidad.

Lilia Catalina Esquivel Villanueva.

El ritmo de vida de Araceli Villegas era bastante acelerado, pero al mismo tiempo concentrado, desde su juventud sabía lo que era trabajar pues antes de ser mayor de edad ya mantenía a sus siete hermanos menores con un salario como recepcionista en una fábrica, sin embargo, todo lo que parecía haber superado antes se vio como nada cuando notó algo extraño en su cuerpo y después de diversos estudios además de visitar constantemente el hospital, le detectaron cáncer de mama a sus 45 años.

Al mirarla no te das cuenta de todo lo que ha pasado, pues mantiene una sonrisa acogedora, su aspecto jovial no hace notar que es madre de 2 hijos, es de baja estatura, tiene el cabello claro y sus ojos grandes los cuáles reflejan simpatía, su voz fuerte pero clara hace que desde el primer momento te sientas incluido, además de que impone mucho, me invitó a sentarme en la sala de su casa y mientras tenía un vaso de agua en su mano, se sentó.

Comentó que antes de detectar el cáncer dedicaba el mayor tiempo a su trabajo en el cuál era la encargada del departamento titulación en una universidad técnica, pasaba de lunes a sábado en su oficina avanzando lo más que pudiera, solo llegaba a casa a cenar y dormir, tenía una rutina bastante establecida, pero fue hasta septiembre del 2016 que notó algo extraño en su seno izquierdo, “era una bolita extraña que no había notado ahí antes, pero en un mes iba a ser la fiesta de quince años de mi hija, no quería checarme porque tenía miedo de lo que podría ser” agregó.

Con una mirada pensativa y la mano en su cabeza describió que habían pasado varios meses y la “bolita” como ella lo describió, no se deshacía, si no que, al contrario, seguía creciendo aún más, por lo que en diciembre del 2016 decidió realizarse diversos estudios, con miedo iba cada una de las citas sin embargo la espera se hacía más larga pues no querían dar una respuesta sin fundamentos y así mismo, antes de terminar el mes le dieron la noticia de que era cáncer de mama, había muchos sentimientos que pasaban por su cabeza se sentía asustada pero al mismo tiempo confundida pues era la primer integrante de su familia en ser detectada con esta enfermedad, por lo que se sentía aún más asustada “Mi primer pensamiento fue que me iba a morir, no sabía cómo decírselo a mis seres queridos, pero tomé valor y se lo dije a mi hermana menor además de mis compañeras de trabajo” mencionó.

Después se procedió a realizar los estudios para saber cuál era el mejor método para erradicar el tumor completamente y así impedir que creciera más, el cuál fue una mastectomía, otro de los mayores miedos para ella, a pesar de eso estaba dispuesta a hacerlo con tal de salvar su vida y tener otra oportunidad, explicó lo difícil que fue para ella acostumbrarse a vivir sin una parte de ella, aunque tenía la oportunidad de pagar por una reconstrucción decidió no hacerla para no pasar de nuevo por un quirófano, solo pensaba en que tenía una nueva oportunidad de vida en la que podría seguir disfrutando su vida y su familia por lo que prefirió quedarse en casa y recuperarse junto a su familia y junto con el apoyo de los doctores pudo salir victoriosa de ese proceso.

Actualmente sigue con estudios cada 6 meses para seguimiento pero cada uno de ellos desde hace 5 años han salido perfectos pues el cáncer no se ha vuelto a manifestar, le agradecí por su tiempo pero antes de retirarme le pregunté si tenía algún consejo para las personas que estén pasando por lo mismo, mirándome sonrió y me dijo “Claro, que acudan a sus chequeos anualmente porque esto puede detectar a tiempo el cáncer de mama y si algún día se lo diagnostican no piensen que la vida se acabará pues ya hay mucha tecnología para que sea oportuno y puedan salvarse, sobre todo si estas con un médico especializado porque no puedes ir con cualquiera, eso es muy importante también”.

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