Por: María del Rosario Álvarez Padilla
El teatro universitario de la UANL celebró el día de ayer sus primeros 30 años con un espectáculo virtual.
La Orquesta Sinfónica de la UANL comenzó este evento con una hermosa interpretación que rápidamente me llevaba y provocaba pensar en las películas antiguas románticas.
Con los gestos y movimientos que hacían con sus instrumentos se notaba la gran concentración y coordinación de los artistas, que hasta cuando cambiaban de partitura lo hacían muy ordenados y al mismo tiempo.
Las melodías eran muy artísticas y bellas, me provocaban sentimientos de tranquilidad y paz, realmente me relajaban y trasladaban a ese teatro donde se originaba todo ese arte. Era todo un cambio de emociones, me sentía también triste, feliz, serena, etc. Porque la música de repente cambiaba de tonalidad o era muy alta o baja, imposible de aburrirse o dormirse con esta orquesta.
Uno de los aspectos importantes es que los integrantes de la orquesta junto con su director el maestro Eduardo Diaz Muñoz llevaban puesto su cubrebocas y hasta del mismo color. Eso lo vi interesante ya que me hacía percibir que había preparación y buenos cuidados.
Cuando terminaron su escena el director aplaudía orgulloso y en sus gestos se notaba que estaba feliz y satisfecho por su trabajo.
Después entraron a escena cuatro presentadores. Entre ellos se encontraba Rogelio Garza Rivera, rector de la UANL y Claudia Monserrat Garza, coordinadora del Teatro Universitario, donde revelaron la placa por el trigésimo aniversario del teatro.
En verdad fue una placa bien merecida por el trabajo de todo el equipo del teatro ya que gracias a ellos podemos disfrutar y conocer diferentes espectáculos. Considero que estas representaciones se encuentran muy infravaloradas dentro de la universidad porque tienen muy pocos espectadores y pienso que deberían de ser vistas por mucha más gente.
El espectáculo me dirigía a disfrutar el momento, sorprenderme por la música y conectarme con mis emociones. En ese momento iba descubriendo que tenía una necesidad de sentir paz.
Posteriormente la Compañía Titular de Danza Folklórica UANL, dieron una representación artista con mucha pasión y éxito. Sentía a través de la música y la danza la riqueza cultural de México.
Realmente se les notaba el gusto por el Folklor, en todo momento sus rostros se iluminaban con una gran sonrisa y se observaba que lanzaban gritos en el escenario y las mujeres hasta lanzaban besos.
El folklor constituye uno de los aspectos vitales de la herencia cultural porque nos distingue y nos da identidad en nuestra condición de mexicanos.
Los actos culturales son muy importantes, te llevan a momentos en los que tu mente te conecta con la de otros, puedes sentir lo que un corazón distinto siente, yo me sentía realmente unida a los artistas, aunque no estuviera físicamente en el teatro.