Por: Mauricio Lavín
Prepárate para una montaña rusa de emociones, porque este jueves se estrena en salas La Vida de Chuck, la más reciente adaptación de Stephen King bajo la dirección de Mike Flanagan y traida a todas las salas gracias a Cinépolis.
La película promete ser mucho más que un simple drama: es un viaje íntimo sobre lo que significa vivir, disfrutar y no conformarse. Eso sí, ve guardando los pañuelos, porque las lágrimas están prácticamente aseguradas.
Una historia sin pies pero con mucha cabeza
Basada en el cuento del libro La sangre manda, la historia juega con el tiempo de una manera poco convencional: arranca con el fin del mundo en el “acto tres”, se desplaza a un pasaje más luminoso en el “acto dos” y culmina con la infancia de Chuck en el “acto uno”.
Esta estructura inversa, que muchos comparan con El curioso caso de Benjamin Button, convierte la experiencia en un rompecabezas emocional donde cada pieza revela quién fue realmente Chuck.
El elenco también es un lujo: Tom Hiddleston da vida a Chuck, acompañado por Jacob Tremblay en su versión infantil y con apariciones de Mark Hamill y Mia Sara. La química entre ellos, sobre todo en el segundo acto, aporta ligereza y calidez a una historia que, aunque está marcada por la nostalgia y la tristeza, termina transmitiendo una inesperada sensación de paz y alegría.
Aunque en algunos países ya se puede ver en plataformas digitales, los críticos coinciden en algo: La Vida de Chuck fue hecha para disfrutarse en pantalla grande. Así que si quieres vivirla como se debe, la recomendación es clara: corre al cine y déjate conmover por una de las películas más esperadas del año.