Por: Debanhi Monsivais.communicare.uanl.mx
El filme, dirigido por José Manuel Cravioto, revive con humor y una mirada auténtica el emblemático Festival de Avándaro de 1971. Lo que empezó como una carrera de autos con música en vivo, planeada por Justino Compeán (Emiliano Zurita) y “El Negro” Eduardo López Negrete (Alejandro Speitzer), terminó convirtiéndose en un evento masivo que marcó a una generación.
Con un formato de mockumentary, el uso de material de archivo y tomas en Súper 8mm y 16mm, la película logra una atmósfera nostálgica que se siente genuina y cercana.


Un ensamble que conecta con el público
Las actuaciones sostienen la película de la mejor manera. Emiliano Zurita como Justino Compeán transmite energía y vulnerabilidad; Alejandro Speitzer aporta compañerismo y resalta en los momentos más caóticos. Pero no son los únicos: los papeles secundarios, desde managers hasta músicos y estudiantes, aportan capas que hacen posible el festival inesperado. En conjunto, el reparto construye personajes con pequeñas fallas y grandes sueños, ayudando a que la historia se sienta más humana y realista.
Sonidos que marcaron a una época
La banda sonora retoma a grupos que fueron el pulso del rock mexicano: Los Dug Dug’s, Three Souls in My Mind, Peace and Love, entre otros. Pero la película también muestra cómo, en 1971, ese sonido fue mal visto por sectores de la sociedad: era asociado al escándalo, excesos y a costumbres que generaban rechazo. El largometraje no entra en debates políticos; más bien presenta ese choque cultural como contexto; Mientras la música suena libre e intensa, fuera de esa escena muchos no la comprendían, lo que añade tensión y un sentido histórico a la historia.

Historias que no se olvidan
Además de narrar un evento reconocido en la historia mexicana, la película se siente como un acto de amor al cine: respeta las imágenes de archivo, juega con formatos analógicos y usa un falso documental para mezclar testimonios y ficción. Esa apuesta estética funciona como puente entre quien vivió Avándaro y quien lo escucha como leyenda. Ver la película es, al final, celebrar el poder del cine para rescatar recuerdos, contar historias y darle vida a lo que parecía perdido.
No te pierdas el estreno de esta película que llega a los cines de México el 11 de septiembre, distribuida por Cinépolis Distribución.










