Fotografía y texto por: Josef Bretado- Communicare.uanl.mx

“Y la cumbia se detuvo, se nos helaron los huesos, entre el miedo y la desesperación fuimos aprehendidos”, así arranca la tercera escena de la obra de teatro Kumbia Sumergida, y con esa sola línea, se logra englobar el concepto entero de la pieza artística.

La puesta en escena se inspira en la historia del grupo Kombo Kolombia, junto a una realidad cruel, violenta, con el toque humano y sensible ante el actual entorno mexicano, consumido por el narcotráfico.

La Universidad Autónoma de Nuevo León se asoció con el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Monterrey y la Universidad Regiomontana; para hacer posible la producción de la obra de teatro, dirigida por Hernán Galindo y que forma parte de la agenda del Festival Internacional Santa Lucía 2022.

El Teatro de las Artes, ubicado en el Parque Fundidora, fue el escenario de la violencia cotidiana y los ritmos de la cumbia colombiana, que dieron vida a la primera función de Kumbia Sumergida.

La obra da inicio con la oficial Alicia, quien narra los acontecimientos del secuestro de un grupo de música cumbia, recordando que uno de los integrantes es su hermano. 

Conforme avanza la escena se da paso, con una técnica de sombras, a escuchar los gritos de reclamo y tristeza de los músicos ante tal situación: “No me olvides. No me olvides. No me olvides”.

En la tercera escena, Alicia junto a su supervisor, al igual que Alonso, único sobreviviente, reconoce los cuerpos de los músicos; “Él es Joel, el chavito del saxofón”, dice Alonso, refiriéndose al hermano de la oficial. Entre llantos e imaginación Alicia comienza a bailar con su hermano al ritmo de Kumbia Sumergida. 

Un vendedor de discos da un mensaje final para la obra: “Lo único que sé, es que todos los días hay cientos de desaparecidos, mujeres violentadas. Ch*ngos de muchachitos que por un billete se meten al narco. ¿Alguien va a hacer algo?”

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