Restaurante AL

Una fachada sencilla en colores neutros, una puerta angosta y un anuncio de solo dos letras es el primer acercamiento que tenemos con el restaurante más antiguo de la ciudad de Monterrey ubicado cerca del centro, el cual fue bautizado por sus comensales como el restaurante ‘’AL’’, quien abrió sus puertas en 1940 y desde entonces se había caracterizado por mantenerse abierto durante las veinticuatro horas del día, y fue hasta el año 2020 donde por primera vez tuvo que cerrar temporalmente por órdenes del gobierno del Estado de Nuevo León debido a la contingencia sanitaria por Covid-19 y tras varios meses de incertidumbre; reabrió. Hoy en día sigue trabajando bajo las restricciones establecidas. 

Al entrar al lugar, fue Waldo Otero Rodríguez propietario del AL quien nos recibió y a pesar de no poder apreciar su sonrisa por el uso del cubrebocas las arrugas en sus ojos fue lo que delató su entusiasmo por atendernos. 

Mientras nos presentábamos y explicábamos el propósito de la visita era inevitable no percibir el olor de su famoso café y pan recién horneado que tanto caracteriza al lugar. Posteriormente Otero Rodríguez nos dirigió a una mesa lo cual nos permitió ver la esencia del restaurante puesto que no tiene una arquitectura modernizada si no todo lo contrario. De igual manera que la parte externa, las paredes, el piso y el techo son en colores neutros con un diseño de cuadros. En las paredes se observan distintas fotografías de celebridades que han pisado el lugar, asimismo varios espejos, mesas y sillas de aspecto antiguo en color marrón.

Tomamos asiento y en cuestión de segundos se nos ofreció pan dulce y café lo cual debido a su exquisito aroma e insistencia por parte de nuestro entrevistado fue imposible rechazar y tras disfrutar de estos aperitivos y conversar un poco con el propietario sobre otros temas decidimos comenzar. 

Otero Rodríguez, inició platicándonos sobre la historia del lugar. ‘’Mi padre ya contaba con un restaurante que se llamaba París de Noche en 1936 sin embargo, por ahí de 1939 comenzó a tener problemas por la cuestión sindical y decidió dárselo a los trabajadores y comenzó a dedicarse en otras cosas y justo en 1940 fue cuando le llegó la oportunidad junto con otros dos amigos, los cuales ya fallecieron, de comprar un traspaso que se llamaba Cafetería Alaska y fue como inició todo lo que es hoy en día’’.

El nombre inicial del restaurante era Alaska. ‘’AL vino a sustituir el nombre de Alaska por causas del destino y falta de mantenimiento, a decir verdad. Hubo un ventarrón tan fuerte que tumbó casi todo el anuncio de Alaska, claramente las únicas letras que quedaron en pie fueron la A y la L. Mi padre, dejó pasar un poco el tema de la reparación del anuncio y debido a eso es que la gente comenzó a llamar y conocer por AL. En lo personal me encanta cuando nos preguntan sobre el nombre, pues considero que es una historia que fue gracias al destino que sin duda no pensábamos que tendría tanto prestigio y sería de renombre en la ciudad’’ añadió el propietario denotando alegría y agradecimiento.

Tras lo anterior nuestro entrevistado luce más relajado e incluso suelta un suspiro de manera profunda denotando un sentimiento de alivio y nostalgia.

Un tema que llama nuestra atención es el por qué el restaurante AL decidió hacer socios a sus propios empleados y la respuesta de Oteo nos sorprendió y se nos hizo de mucha coherencia. ‘’Es un tema de cierta forma complejo, pero no tanto, ahí les va, es complejo si lo ves desde la ambición, sin embargo, no lo es desde el punto en un ganar y ganar parejo. Nuestra filosofía, o bueno… la que mi padre impuso era que un socio no puede hacer huelga de su negocio, y es por eso que pensaba que todos siendo dueños iban a cuidar al restaurante haciéndolo crecer aún más, en las condiciones más óptimas y deseables posibles. De igual manera, al igual que mi padre también creo que quien cuida y procura de su trabajador se convierte en un sentimiento mutuo. Sin embargo, sí hubo ovejas negras las cuales hicieron huelga por motivos irrelevantes y fue tan fácil como comprar su acción, liquidarlos y con ese dinero ellos mismos se juntaron y pusieron lo que se llama ahora Palax.’’

Durante nuestra estancia veíamos como entraban y salían clientes de manera constante, e incluso nos percatamos de que se comenzaba a formar una pequeña fila de personas que estaban esperando para entrar al lugar. Luego de notar que nuestra atención se dirigió un poco respecto a lo antes mencionado, Oteo comentó lo siguiente ‘’Les presumo que no solo por pandemia es que se hace esa fila, gracias a Dios hemos conservado a la mayoría de los clientes que entran, con decirles que es por eso que tenemos que abrir nuestro salón aledaño y es de discusión en que mesa quieren sentarse, ya que me atrevo a decir que de tanto que vienen los comensales empiezan a tener su mesa preferida por tal ó tal razón y es común que se esperen a que se desocupe, pero bueno… mientras regresen, yo no me canso de discutir que su comodidad y atención será la misma en cualquiera de nuestras mesas’’.

Los servicios que brinda el restaurante AL son comidas corridas como hígado encebollado, caldo de res, cortadillo y menudo entre otros platillos típicos de la región. En cuanto a sus desayunos el rico pan recién horneado que ya mencionamos acompañado con un café o unos chilaquiles con pollo. También ofrecen cenas y refrescos. “En aquel entonces cuando abríamos las veinticuatro horas, llegaban los clientes de sus fiestas y pasaban a echarse sus taquitos o su caldito. Ya los conocíamos a todos, siguen siendo clientes frecuentes, pero ahora sólo los vemos por las tardes”. 

Además de brindar una agradable experiencia, AL restaurante es un lugar preferido para los productores de cine, pues hace unos meses el establecimiento fue usado como set de grabación para la película “Misión Peligroso”. “La verdad nos divertimos bastante. Ver el restaurante lleno de cámaras, luces y actores por todos lados me llenó de mucho orgullo, pues algo que jamás pensé que pasaría”. 

Visitar el restaurante fue una experiencia muy grata, ya que el AL es uno de esos lugares de los que no te quieres ir nunca. Todo el lugar es acogedor y tradicional.

Al salir del lugar presenciamos una escena que nos dejó sin dudas de que el AL es un segundo hogar y lugar preferido por generaciones. 

Redactado por: 

Sonia Karen Juárez Rodríguez

Sonny Montserrat Maldonado Avila

Diana Jaqueline Morin Guerrero

Braulio Javier Hernández Medina

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